domingo, 10 de maio de 2009

Sigo-te Jesus!




Oh solitario amor, mi gran amor, mi dulce bien.

Voz sois el único reposo de mi corazón.

Pues voz me transformáis en paraíso la soledad;

en clara luz la noche

y en un néctar de dulzura el silencio.

Con toda libertad os llamo aquí ¡Oh mi Jesús!

Mil veces mi tesoro, mi felicidad, mi confidente,

mi amigo y compañero, mi consuelo y mi padre,

mi sumo bien, mi dulce esposo y mi todo.





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